martes, 27 de septiembre de 2011

Nada que decir;


todo por hablar.

No son los ojos, es la forma de mirar.

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Porque no siempre cuando estoy feliz, río. Ni cuando estoy triste, lloro. No soy de las que ven las cosas blanco o negro, si no que me fijo en la inmensa escala de grises que hay por medio. Porque no me considero diferente, ni igual a los demás. Porque siento las cosas a mi manera. Porque cada sentimiento significa mucho más que "algo" para mí. Porque me gusta pensar que existe alguien que piensa en mí en este preciso momento. Porque me equivoco tantas veces como tomo decisiones. Porque cuando quiero, quiero, y cuando no quiero, no quiero. Porque mi mayor ambición es un corazón, hiperactivo. Porque no me conformo con un yo, ni un él, sino con un nosotros, que soy fuerte, y se cuando plantarle cara a un problema para seguir adelante.

Verano 2011, un verano diferente, inolvidable mejor dicho.

Un último amanecer y una séptima ola que arrastra los miles de momentos vividos este verano, cargado de risas, amor, viajes, piedras, sol, sequía, piscina, playa, lluvia, frío... MIL COSAS! Y todos esos momentos junto a ellos, esas personas que conocía y se hicieron más especiales, y otras que no conocía.

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El simple echo por el que nos hemos distanciado es por el simple placer de ciertas personas secundarias que de lo único que disfrutan es del dolor de nuestros corazones ...

Porque con el simple hecho de que me mires, me basta.

Me preguntas qué me pasa. Te digo que nada.
Te miento, te miento porque no me atrevo a decirte la verdad... Porque ni yo misma admito que es cierto, que me lo dice todo el mundo y que por más que me intente hacer creer a mí misma que no, la realidad es otra.

jueves, 9 de junio de 2011

Eres la única puta razón de que yo siga aquí, soportando todo esto.

Eres calor en invierno, frío en verano, eres las estrellas en una noche oscura, el ritmo de la canción, fecha de aquel día. Eres el color que da vida a mi vida.

sábado, 30 de abril de 2011

Mi única gran droga.

Cómo poder explicarte todo lo que siento cada vez que entro en tu tuenti, cada vez que me sales en novedades e incluso cuando te veo conectado.
Necesito hablarte, pero me siento incapaz hasta para clicar en tu nombre. También necesito ver que me miras tan solo una vez aunque solamente sea por causalidad, o de reojo. ¿Cómo expresarte todo lo que me haces sentir cuando estoy junto a ti?
Y joder, creo que lo estoy dejando ya bastante claro todo, ¿no? Creo que empiezo a quererte...pero no quiero, no quiero volver a pasarlo mal, no quiero estar pensando en ti las 24 horas del día y al momento pensar en si tú también estarás pensando en mí tanto como yo en ti, tampoco quiero dejar de dormir por las noches por emparanoiarme tanto contigo, ni tampoco de que me duelan las tripas o de que no pueda estar al 100% en ningún momento solamente por ti.

Y querer despertar en el momento donde te toca abrir la boca para cagarla una vez más.

Sentir que no puedes ni hablar. Él se acerca, le miras de reojo, te pones nerviosa y te mira.
Te mira con esos ojillos preciosos y ves esa boquita que te enloquece. Tú sientes que el mundo se vuelve loco, pero no, no es el mundo, si no tu misma. Eres tú la que por un instante ha creído estar soñando y se ha vuelto loca.
Él te habla y sonríe. Tú como una idiota intentas hablar. Intentas pronunciar una simple palabra, o hacer un simple gesto, pero no puedes. No te salen ni las palabras ni los gestos ni nada. Te trabas y cuando intentas decir algo, o dices una tontería o no dices nada. Si, duele, duele mucho no poder ni mantener una conversación decente. Él se queda con cara de "esta chica es tonta" se ríe para no dejarte mal y se va. Y así todos los días.
Creo que estás demasiado enamorada, si, demasiado. Tan enamorada que intentas por todos los medios conseguir hablar con él y cuando por fin crees que lo harás sueltas la tontería más grande del mundo y todo se hunde.
Si, parece que es fácil hacerlo, pero estás tan loca por él que no sabes ni como sentirte. Pero poco a poco te das cuenta de que perder el tiempo de esa forma, no sirve más que para que te duela el alma.

lunes, 18 de abril de 2011

Como en un callejón sin salida.

Y si, puede que tal vez me haya cansado, quizás me haya cansado de desilusiones, de soñar despierta, o de mirar al móvil cinco veces cada vez que me despierto en mitad de la noche. Y quizás también me haya cansado de esconder mis sentimientos, de fingir que todo da igual, de hacer como si no te he visto, cuando al mismo tiempo, me vuelan mil mariposas en el estomago, y también de ver películas de amor , con final feliz, y de preguntarme de porque yo todavía no he tenido un final así. Cansada de dar pasos equivocados, de odiarme a mí misma, por no ser capaz de odiarte a ti. Cansada de tumbarme en la cama en plena tarde de domingo, mientras ahí fuera pasa la vida como si nada. Cansada de tantas cosas que ya no recuerdo porque cogí ese camino, porque me ilusione tantas veces como una cría, porque no fui capaz de decirte aquel día que me pasaría la vida sentada a tu lado, solo para oírte respirar. Y ahora que todo ha pasado todavía me pregunto por qué después de este tiempo no he sido capaz de cansarme de ti...

domingo, 17 de abril de 2011

Tan cerca y a la vez tan lejos...



Temo el momento en el que cruces tu mirada con la mía y tenga que fingir que no siento nada. Me da miedo el instante en el que nos saludemos con un beso frío en la mejilla y levante la voz para entonar un “que tal”. Me aterra que te sientes a mi lado y ni siquiera te des cuenta de que estoy, y mires al frente, evitando girar la cabeza y verme. Tengo miedo de que hablemos sobre nada cuando antes habíamos hablado de todo. Pero lo que más terror me provoca, es que voy a estar ahí, mirándote, y quitando la vista cuando tu lo hagas, mientras me duele por dentro, esperando que roces tus manos con las mías, y que me hables de todos los sueños que tuvimos juntos..

viernes, 15 de abril de 2011

Piensa, luego habla.

Siempre decimos “si no me crees, el problema es tuyo”, hasta que el problema empieza a ser realmente nuestro.

El fuerte no es el que nunca cae, sino el que siempre se levanta.

Dicen, que de vez en cuando no estaría mal mirar al mundo en tan solo un grano de arena, mirar al cielo en un campo florido, guardar el infinito en la palma de la mano, o la eternidad en una hora de tu vida. Dicen, que hay que ser fuerte como las olas, que aun rompiendo contra las rocas, encuentran la fuerza para empezar de nuevo. Dicen, que hay tres cosas en la vida, que nunca vuelven atrás: la flecha lanzada, la palabra pronunciada y la oportunidad perdida. También dicen que la vida no es un problema, que hay que solucionar, sino, una realidad que hay que experimentar.

jueves, 14 de abril de 2011

Cuanto más alto subo, más dolerá la caída.

Parece que todas las puertas que se han ido abriendo en mi camino ya se han cerrado.
Me encuentro en una habitación sin salida y creo que no soy quien para escapar.
Debería centrarme más en mis cosas, dejar de soñar tanto despierta y dormida y poner los pies en el suelo.
Cuando lo consigo la realidad me ataca, me hiere y prefiero seguir en las nubes aunque cuanto más alto subo, más
dolerá la caída.

miércoles, 13 de abril de 2011

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Pasea por la calle. Sin un destino fijado. Sin el sentido del tiempo. Con la mirada perdida y el móvil apagado. La gente le adelanta, le pide paso y le dan las gracias. Una medio sonrisa sirve para responderles. No tiene hambre, ni sueño, ni sed. Solo él en su cabeza. Y no consigue, ni quiere, desvanecer las ganas de él. Sigue andando. No para. No piensa. Apenas pestañea. Él. Una y otra vez. Su cara. Sus ojos. Su sonrisa. Su voz. Su olor. Sus besos. Sus te quiero. No se le van de la cabeza. Cierra los ojos y le imagina. Imagina todo eso. A su alrededor deben pensar que está loca. Y no se equivocan. Es más, le encantaría gritarlo en medio de la calle. Llamar la atención de todos. Que le escuchen, que se rían si les apetece. No solo quiere que lo piensen, quiere demostrárselo. Quiere que sepan que sí que está loca. Loca por él.

Stay with me.

Esas palabras, cuando me decías quédate conmigo, te quiero... Todo mentira. Con el tiempo todo eso se olvida, porque las palabras se las lleva el viento, yo lo que quiero son hechos. Hechos que al parecer tú te los dejaste por el camino.
Aprende a querer, a no olvidar, y a que no eres la única persona que siente (aunque no lo parece).

Que ya a pasado casi un año desde que me empezaste a hablar, y que no puedo evitar pensar en ti, no hay una sola semana en la que consiga olvidarte, porque por mucho que ahora ya ni nos saludemos por la calle, yo siento que aún te quiero algo.